Vegetación en infraestructuras urbanas

Las marquesinas de autobús ajardinadas se convierten en pequeños puntos de verdor repartidos por la ciudad. Aunque sean superficies reducidas, contribuyen a naturalizar el espacio urbano y, a su escala, ayudan a gestionar las aguas pluviales.

El sedum es una variedad rústica que se adapta con gran facilidad a las condiciones urbanas. Se trata de una planta de rocalla, con un sistema radicular poco profundo y capacidad de multiplicarse por sí sola. Una vez bien adaptado, el sedum coloniza rápidamente la superficie donde se implanta. Además, es una especie frugal en agua, muy resistente tanto al frío como a la sequía, y que, por lo tanto, requiere un mantenimiento mínimo.

Además de su valor estético, el ajardinamiento de las vías de tranvía es un aliado clave en la lucha contra el cambio climático, ofreciendo ventajas como la reducción de la temperatura del aire, la absorción de CO₂ y la mejora de la calidad ambiental. También contribuye a amortiguar gran parte de las vibraciones generadas por el tranvía. Asimismo, permite gestionar las aguas pluviales mediante su almacenamiento temporal, reduciendo el caudal hacia la red de saneamiento en episodios de lluvias intensas.

Vegetalizar las ciudades es esencial por varias razones que afectan al medio ambiente, a la calidad de vida e incluso a la salud de los habitantes. Estas son algunas de las principales razones:

1. Luchar contra el calentamiento climático: La vegetación permite reducir este efecto aportando sombra y favoreciendo la evapotranspiración, un proceso que libera humedad en el aire y refresca así la atmósfera.

2. Mejorar la calidad del aire: Las plantas absorben el dióxido de carbono (CO2) y otros contaminantes atmosféricos, contribuyendo así a la descontaminación del aire.

3. Favorecer la biodiversidad: Los espacios verdes urbanos ofrecen hábitats para diversas especies animales y vegetales. Esto ayuda a preservar la biodiversidad en la ciudad, permitiendo que insectos, aves y otros animales se instalen y se alimenten en ella.

4. Reducir los riesgos de inundaciones: Las zonas ajardinadas absorben el agua de lluvia y limitan la escorrentía. Esto permite reducir la presión sobre los sistemas de saneamiento urbano y prevenir las inundaciones.

5. Mejorar la salud y el bienestar de los habitantes La presencia de vegetación ofrece espacios de descanso y de ocio, reduce el estrés, mejora la calidad del sueño y favorece el ejercicio físico incitando a la gente a salir y a pasear en entornos agradables.

6. Reducir el ruido: Las plantas, en particular los setos y los árboles, absorben y desvían las ondas sonoras, contribuyendo a una atmósfera más tranquila y agradable en la ciudad.

7. Mejorar la estética urbana: La vegetación hace que las ciudades sean más atractivas, añadiendo color y diversidad al entorno urbano.

8. Reforzar la resiliencia frente a los riesgos climáticos: Las ciudades se enfrentan cada vez más a eventos climáticos extremos como las olas de calor, las sequías o las fuertes lluvias. La vegetación ayuda a reforzar la resiliencia de las ciudades absorbiendo el CO2, reduciendo las temperaturas y filtrando el agua de lluvia.

9. Optimizar la utilización de los espacios urbanos: Los tejados, las paredes y los terrenos vacíos pueden ser transformados en zonas verdes, ofreciendo así nuevos espacios para los ciudadanos al tiempo que se optimiza el espacio disponible.

En resumen, la vegetalización de las ciudades es una solución multifuncional que combina bienestar, ecología y eficacia frente a los retos medioambientales actuales. Por ello, muchos municipios desarrollan planes de ordenación y guías para fomentar su implementación, como Valencia, Barcelona o Madrid, con su Factor Verde.